miércoles, 19 de enero de 2011

Estados de conservación

Una vez vistos por encima todos los bienes de nuestro recorrido, vamos a empezar a desarrollar la parte que más importancia quizá tiene en este sitio web, el apartado patrimonial. Vamos a reflexionar  primero sobre su estado de conservación y luego sobre su nivel de puesta en valor, al servicio de toda la sociedad.

Los bienes que integran esta ruta son sólo un pequeño ejemplo del patrimonio cultural que ofrece la ciudad de Roma, y su excepcionalidad hace que sea absolutamente necesario poner en marcha inmediatos mecanismos que permitan su mejor conservación para el futuro. Como hemos podido ir viendo, la situación en la que se encuentran aquellos que vamos a tratar es muy dispar.



En función de la integridad de los restos materiales que de ellos se conservan en la actualidad, hemos diseñado cuatro categorías simples, cuatro niveles. A continuación se exponen, según el estado en que se encuentran, los bienes tratados.



Categorías del estado de conservación

I.  Muy bueno.

Bien nº 12: Ara Pacis Augustae.
Bien nº 19: Mitreo de San Clemente.

II. Bueno.

Bien nº 2: Templo de Hércules Victor.
Bien nº 3: Templo de Portunus.
Bien nº 5: Templo A, Area Sacra de Largo Argentina.
Bien nº 13: Mausoleo de Augusto.
Bien nº 14: Panteón.
Bien nº 15: Obelisco de Piazza della Rotonda.
Bien nº 18: Pirámide de Cayo Cestio.

III. Regular.

Bien nº 4: Templos de Fortuna y Mater Matuta.
Area Sacra de San Omobono.
Bien nº 6: Templo B, Area Sacra de Largo Argentina.
Bien nº 7: Templo C, Area Sacra de Largo Argentina.
Bien nº 20: Santuario siríaco del Gianicolo.
Bien nº 8: Templo de Vesta, Foro romano.
Bien n º 10: Templo de Antonino y Faustina, Foro romano.
Bien nº 9: Templo de Cástor y Pólux, Foro romano.
Bien nº 11: Templo de Saturno, Foro romano.

IV. Malo.

Bien nº 1: Ara Maxima de Hércules.
Bien nº 16: Iseo del Campo de Marte.
Bien nº 17: Serapeo del Campo de Marte.


Como vemos, sólo dos bienes son considerados en muy buen estado de conservación. El Ara Pacis, en su Museo propio, sería el privilegiado de la lista. Junto a él el Mitreo de San Clemente, cuyas estructuras se conservan muy bien.

En buen estado de conservación encontramos siete de los veinte bienes. Las estructuras originarias, hayan sido o no consolidadas en alguna ocasión, permanecen en pie y el conjunto es comprensible a la vista. La dureza del material que lo compone o el hecho de que fuesen transformados en iglesias cristianas en la Edad Media contribuyeron a su conservación.

Con un regular estado de conservación tenemos ocho bienes del total: los restos que quedan de la construcción romana son escasos e insuficientes para comprender, a un primer vistazo, la morfología general del edificio. Se trata de restos arqueológicos arrasados de los que sólo vemos zócalos de muros y restos de pavimentación, o templos cuyo material ha sido reutilizado.

En el último escalón de la clasificación, tres bienes. Ninguno de ellos se conserva. Tenemos referencias a su existencia y los restos están sepultados bajo otros edificios.


La valoración es clara: son más los bienes susceptibles de ser correctamente conservados que aquellos sobre los que no se puede ya actuar. Incluso los mejor puntuados podrían ser objeto de mejoras en su conservación, un campo sobre el que queda aún mucho por hacer.

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